Hace ya alguno días que desembarque en mi nuevo hogar y me siento muy feliz de poder vivir todas las sensaciones que estoy teniendo. Los primeros días fueron un poco caóticos con cajas por aquí y por allá, compras de comida y enseres para sobrevivir en una casa totalmente deshabitada, pero ahora parece que ya poco a poco me voy acostumbrando a ver mis cuadros en las paredes y a comenzar a sentir el olor a mi hogar. Incluso he tenido tiempo de dar algún que otro paseo turístico por una ciudad que en primavera me fascina: Sevilla. Su gente, su sol, sus callejuelas encantadoras, sus monumentos, sus coches de caballos, los paseos frente al rio, la paz y tranquilidad de su gente, el arte que se respira por los cinco sentidos.... es como un sueño hecho realidad, hace tiempo que deseaba poder vivir en el sur, junto a mis amigos, junto a mi gente y aunque en el camino he dejado personas realmente maravillosas, se que al final valdrá la pena añorar mi mar, mi olor a pólvora, mis amigos, mi familia, mi casa. Solo con ver la felicidad de mi niño me es suficiente, el siempre tuvo mas problemillas que yo para entablar cualquier tipo de amistad, yo me hago amiga hasta de una sombrilla, jejejeje, y ahora, tantos años después esta junto a la gente que dejo hace casi 20 años en su tierra. Por él estoy aquí, por él iría a cualquier lugar, por él vivo y muero, aquí o en cualquier lugar del mundo. Solo por él.
